Bajo el lema “Todo lo imposible contigo”, el pasado Primero de Mayo La Pantera Rossa lanzó una campaña de crowdfunding para hacer frente a los “vaivenes económicos” que “nos arrastran a un riesgo permanente”. El objetivo era claro: defender un proyecto colectivo, autogestionado, crítico y popular frente a la precariedad.

La respuesta ha sido rotunda. Un total de 324 personas han respaldado económicamente este centro social librería, integrado en la economía solidaria aragonesa, a través de la plataforma Goteo, especializada en iniciativas con impacto social. En total, 22.723 euros, muy por encima del objetivo mínimo que se marcaron (16.428 euros) y también superior al óptimo (22.428 euros).

Ni neutra, ni pasiva: cultura de combate

Desde su nacimiento en 2010, La Pantera Rossa ha sido mucho más que una librería. Ubicada en la calle San Vicente de Paúl 28, es un punto de encuentro para la disidencia cultural, un refugio para los movimientos sociales y una trinchera de pensamiento libre.

Por sus salas han pasado cientos de presentaciones, exposiciones, debates, formaciones y campañas vinculadas al feminismo, la memoria democrática, el antirracismo, la diversidad sexual o los movimientos antimilitarista y ecologista.

El cierre exitoso de esta campaña no solo garantiza la supervivencia del espacio, también envía un mensaje claro: frente a los ataques a la cultura crítica y la mercantilización de la vida, el apoyo mutuo sigue siendo una herramienta poderosa.

“Nos sentimos muy orgullosas de permanecer en vuestros corazones rebeldes”, han señalado desde La Pantera Rossa en un comunicado de agradecimiento. “El apoyo mutuo es la llave para defendernos y para mejorar el mundo”, añaden.

“Nos vemos entre libros y en las calles”

 

 

 

 

 

Uno de los muchos actos celebrados en el sótano de La Pantera Rossa de Zaragoza | Foto: Ateneo Republicano

En un contexto de recortes, censura institucional y expulsión de proyectos incómodos del centro urbano de Zaragoza, el caso de La Pantera Rossa vuelve a poner en primer plano la necesidad de sostener espacios autogestionados. Lo que se defiende aquí no es solo un local, sino una forma de hacer política desde la cultura, desde abajo y entre iguales.

“Gracias rossas. Aquí tenéis un hogar para la revolución cultural. Nos vemos entre libros y en las calles, rugiendo con esperanzas”, concluye el comunicado. Una vez más, Zaragoza demuestra que sus redes sociales no solo resisten, también construyen futuro.

 


La  publicación de este artículo en esta web ha sido financiada por la Unión Europea – NextGenerationEU: