“Ser asistente virtual es ser cuidadora de negocios”. Hablamos con Esther Mayor, impulsora del Instituto de Asistencia Virtual, una de las últimas incorporaciones de Mercado Social Aragón. Desde su creación ha ayudado a cientos de mujeres a descubrir la Asistencia Virtual como vehículo profesional y a hacer de ella una profesión satisfactoria que les permite generar una economía sana e independiente.

Esther Mayor, impulsora del Instituto de Asistencia Virtual.

Esther Mayor es la impulsora del Instituto de Asistencia Virtual, una de las nuevas entidades de Mercado Social Aragón. Desde Fuentes de Rubielos, en la comarca de Gúdar-Javalambre, ha ayudado a cientos de mujeres a comenzar un nuevo camino profesional que les permita ser las jefas de su vida, tener un negocio sencillo de implementar, rentable y escalable que les permita conciliar su vida familiar, viajar más, romper con las rutinas, en fin ser más libres.

¿Qué es ser asistente virtual?

Ser asistente virtual es ser cuidadora de negocios. A mí me encanta esa forma de verlo, estamos entre bambalinas y nos aseguramos de que todo lo que hay detrás de la fachada de un negocio siga funcionando, que la persona que está al frente creando, vendiendo y ofreciendo los servicios y/o productos de su empresa pueda centrarse en eso mientras nosotras trabajamos detrás para que todo se sostenga.

¿Cómo llegas a montar el Instituto de Asistencia Virtual?

Un poco de casualidad. En 2016 hice una formación privada durante un año que abarcaba todo lo que tiene que ver con creación, desarrollo y gestión a nivel técnico, creativo y de marketing sobre negocios digitales. Pero yo no tenía una idea clara de negocio y como mi necesidad de trabajar era apremiante comencé a ofrecer servicios de gestión a mis compañeros de formación que si tenían ya un negocio en marcha. En pocos meses estaba a tope de trabajo y descubrí que estos servicios eran una profesión llamada Asistencia Virtual. Poco después al ver que en España nadie enseñaba la profesión me tiré a la piscina y lancé el Instituto de Asistencia Virtual en pleno confinamiento.

¿Qué servicios ofrecéis en él y a quién van dirigidos?

Ofrezco formación en diferentes niveles y especializaciones para ser asistente virtual. Por vocación personal me dirijo principalmente a mujeres de mediana edad, mayoritariamente madres en situaciones de precariedad laboral por diversas circunstancias, que buscan una salida profesional a corto plazo. Enseñamos todas las habilidades, tareas y herramientas necesarias para ofrecer servicios en las cuatro áreas de alcance de una asistente virtual, que son el área administrativa, el área técnica, el área creativa y de diseño y el área de marketing y ventas.

También trabajamos el área de creación de negocio acompañándolas a desarrollar su estrategia, definir a sus clientes y crear sus servicios. Ponemos a su disposición un programa de prácticas con negocios reales. Y también tienen acceso al directorio de Asistencia Virtual del instituto para promocionar allí su trabajo. Por último pero no menos importante, nuestra comunidad de alumnas, les damos herramientas para que creen una red de apoyo entre ellas, para que cuando comiencen a trabajar sigan siendo fieles compañeras de crecimiento.

El Instituto de Asistencia Virtual ha ayudado a cientos de mujeres a descubrir la profesión.

¿Cuáles son las principales dificultades que tenéis o habéis tenido?

El mundo de los negocios digitales en España pasó de la ignorancia del público general antes de 2020 a la apertura masiva a formarse y/o trabajar en remoto casi por obligación de un día para otro. Además muchos negocios online se han aprovechado de estas circunstancias y han quemado la confianza de una buena parte del público objetivo. Actualmente estoy atravesando una etapa de dificultades para recuperar la confianza y devolver la ilusión de que trabajar desde este lado de la pantalla es posible y muy beneficioso para nosotras.

¿Qué salidas profesionales pueden tener tus alumnas?

La nuestra es una profesión multitarea, ofrecemos servicios en el área administrativa, técnica, creativa o de marketing y eso nos ofrece muchas salidas profesionales.  Principalmente las asistentes virtuales somos pequeños negocios de servicios. Somos autónomas y trabajamos para pymes de cualquier lugar del mundo en remoto, por lo que las posibilidades de trabajo son infinitas. También hay empresas que contratan jornada completa en exclusiva, en estos casos podemos ser trabajadoras por cuenta ajena.

En esta era digital, ¿cómo contribuye esta profesión en los pueblos a generar arraigo y estabilidad económica?

El trabajo en remoto como asistente virtual permite que las mujeres con cargas personales y/o familiares puedan desarrollarse profesionalmente eligiendo en qué áreas ofrecer servicios, para que perfiles de clientes quieren trabajar y que estén en cualquier lugar del mundo. Generando arraigo al tener equilibrio entre sus vidas personales y profesionales además de unos ingresos bastante constantes y regulares en el tiempo que les permiten sostener a la familia y salir de la inestabilidad económica. Esta profesión y otras del entorno digital, son la clave en el entorno rural donde la precariedad laboral es aún mayor que en el medio urbano.

Esther Mayor, Instituto de Asistencia Virtual.

Eres una de las últimas incorporaciones al Mercado Social de Aragón, te sedujo tu amiga Rosa de la Nava de 2+Dos para entrar en él. ¿En un proyecto como el tuyo, cuánto de importante es enredarse con otras entidades que comparten los mismos valores que el tuyo?

He estado tan enredada conmigo misma para avanzar con mi negocio y llegar a más y más mujeres que había perdido el foco de generar colaboraciones con otras entidades con valores afines a los míos y creo que es esencial apoyarse entre proyectos con objetivos similares para avanzar en firme y tener donde apoyarnos en momentos de dificultad.

¿Qué retos de futuro te planteas en el Instituto de Asistencia Virtual?

Me gustaría poder poner mis formaciones al servicio de miles de mujeres que se sienten atrapadas en trabajos que no les permiten crecer y desarrollarse personal, profesional y económicamente. Dar a conocer más y más la profesión y llegar a los organismos correspondientes para obtener el reconocimiento oficial y poder así subvencionar las formaciones para todas ellas. También me gustaría abrir otras vías pudiendo apoyar con formación a esas empresas que necesitan aligerar sus costes de personal y dar una calidad laboral a sus empleados trabajando desde sus hogares.


Un reportaje del especial “Miradas del Mercado Social”. Aquí todas las promociones especiales para socias del Mercado Social Aragón.