Porque conocemos el secreto que sana las heridas, nuestro es el territorio de la vida. Somos habitantes, quienes tienen un lugar y lo ocupan para hacer y hacerse, habitantes protegidos-protectores de un espacio a medida, ideal y mutante. Nuestro es el hábitat porque nos ocupamos también de sus fracturas, de aquellos resquicios que escapan a la voluntad de control panóptico sobre los cuerpos que las políticas urbanísticas llevan varios siglos ejerciendo. Porque en los ángulos muertos y de las grietas colgamos proclamas subversivas o fijamos cuadritos que retratan la esperanza o cultivamos alimentos y comedias y recuerdos. Porque sacamos empuje de aquello que se quiebra ante nuestros ojos y hacemos de lo que se rompe en nuestro entorno una ventana a las otras. Porque cuidamos la fragilidad de nuestros territorios al sumarlos en fórmula de red. Nuestro es el territorio porque nuestras son las vidas que ocupan sus nodos, que los reparan y los extienden, nuestra la voluntad del reparto, de la reapropiación física y simbólica del espacio público, nuestro el bagaje emocional que proyecta e insufla, que anima y construye.
Los dualismos casi siempre son tramposos como frontera: las líneas entre lo personal y lo político no son límites, sino accesos, lugares de paso. Los espacios de privacidad dejan huella en aquello que sucede en las calles. Los movimientos sociales no son ajenos a una necesaria reapropiación del espacio y la obligada roturación de otros territorios como condición para transformar aquellos que detentan y perpetúan relaciones de poder absoluto mientras niegan lo fragmentario, la grieta que nos salva. Rehabitar los lugares del orden heteropatriarcal, la contaminación extendida y la concentración económica, y hacerlo desde lo inclusivo, feminista, solidario, sostenible, es lo que iniciativas de autogestión en el entorno urbano llevan a la práctica. Son los casos de centros sociales como el CSC Luis Buñuel (que ocupa el edificio de un anterior instituto de enseñanza, anterior ayuntamiento) y el CSO Kike Mur (que okupa la antigua cárcel de Torrero) en Zaragoza, o la recién nacida La ingobernable en Madrid, con su intención de democratizar espacios y plantar cara a la mercantilización de los bienes públicos. Es también el caso de proyectos de recuperación del espacio abierto abandonado como Esta es una plaza, en el madrileño Lavapiés, o incluso valles integrados en la ciudad, como Can Mas Deu en Barcelona. En los espacios rurales, la recuperación de pueblos abandonados como Aineto y Sieso ofrecen una forma de descentralizar la población. Su potencial transformador se puede medir con la respuesta que provocan en los organismos del Estado, el cual no duda en desplegar su arsenal de amenazas o cumplir con violencia la obediencia debida al estado de las cosas. Las recientes actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro en La Selba o aquella en Artieda relacionada con el despropósito del pantano de Yesa, tienen su reflejo en el entorno urbano en desalojos como los de Patio Maravillas, Can Vies, Kukutza, La Madreña o tantos otros.
También radican otras micropolíticas en las grietas que se le abren al capitalismo, en las que se acumula la vida. En ellas se encuentran entidades sociales y asociaciones vecinales, reivindicaciones medioambientales y otros grandes protagonistas de la reapropiación territorial como resistencia y alternativa que habita y construye esa ciudad ágora, lugar de reunión y de intercambios en lugar del mero desplazamiento ordenado de seres de consumo. Dos ciudades del Estado español han trazado recientemente su propia cartografía social. Se trata de los proyectos Las Zaragozas, mapa de iniciativas ciudadanas, y Los Madriles, mapa de iniciativas vecinales, ambos desarrollados por CIVICS (Vivero de Iniciativas Ciudadanas), una plataforma abierta y colaborativa dedicada a visibilizar otras maneras de incidencia en las transferencias al territorio, la ciudad y el espacio público. Cierto número de las entidades recogidas en el mapa zaragozano pertenecen al Mercado Social de Aragón, aunque las que aparecen en él no son las únicas que rehabitan y construyen territorio desde su actividad diaria.
Entre las primeras, se encuentra la cooperativa Grupo La Veloz, cuya seña más identificable es la actividad de mensajería y paquetería. Asentada en el imaginario urbano a través de esta marca y gracias a la ubicuidad de las decenas de mensajeros y mensajeras que han recorrido cada una las calles de Zaragoza, La Veloz supuso un elemento embrionario de lo que ahora llamamos La Ciudad de las Bicis, un reciente aglutinante de un movimiento cultural ciclista que goza de reconocimiento internacional. La actividad económica de mensajería y paquetería es hoy un paradigma de la resistencia a la gentrificación económica y urbanística: en lo económico, por su perseverante supervivencia frente a la acumulación de operadores multinacionales en el sector; en lo urbanístico, por la situación de su sede en el Casco Histórico más maltratado y por su apuesta por el reparto de primera milla en los barrios consolidados. El grupo es, asimismo, Recicleta, una tienda y taller de bicicletas que creció generando demanda de artículos y bicicletas para el ciclismo urbano, contribuyendo así a transformar y regenerar la ciudad desde propuestas de democratización de los viales y de la movilidad. Grupo La Veloz engloba también a Nabata Asesoría, actividad económica del grupo cooperativo dedicada a la asesoría económica y mentorización de entidades de economía social y solidaria, y una herramienta para la apropiación social de la producción y la fuerza del trabajo.
Además, La Veloz desarrolla, junto a la cooperativa Tiebel, un proyecto de recuperación de textiles usados que lleva el nombre de aRopa2. A través del reciclaje de ropa que ha dejado de ser usada, se han creado una serie de puestos de trabajo para personas en situación o riesgo de exclusión social, y se ha evitado, durante 2016, que más de 1.500 toneladas de ropa acabasen en el vertedero generando 4 millones de toneladas de CO2. Se puentea de esta forma la tendencia de la industria textil hacia la una moda de usar u tirar que descarta prendas con cada vez mayor frecuencia y que hace uso de tejidos con menor vida útil como el poliéster, el cual está desbancando al algodón y es culpable de la emisión de tres veces más dioxido de carbono, además de tardar décadas en boidegradarse. El mapa de la recogida de ropa desdibuja las características socioeconómicas de los diferentes barrios y las mezcla en la tienda que aRopa2 tiene en la calle Delicias 54, desde la que se permite el acceso a distintos tipos de ropa mediante la redistribución y el mestizaje de algo que se utiliza tantas veces como seña de identidad individual.
También Milenium3 aporta desde otra economía posible a la transformación de territorios y personas acompañando a las organizaciones del tejido social, público y empresarial, y ofreciéndoles un apoyo cualificado en los procesos de gestión del conocimiento y toma de decisiones. Desde una filosofía de trabajo con fuerte componente social y su orientación a la economía colaborativa, se han volcado estos tres últimos años en el proyecto Zaragoza Activa-Azucarera, apostando por la creación de empresas en las que los fines sociales fueran la prioridad: generación de empleo estable, inserción social o sostenibilidad. Para ello, aplican itinerarios integrados y personalizados de emprendimiento bajo una filosofía y metodología de acompañamiento. Muchas de las empresas alojadas en el ecosistema emprendedor municipal del Vivero de Empresas que Millenium3 gestiona se caracterizan por ser vanguardia en cada uno de sus sectores de trabajo desde enfoques más solidarios y menos individualistas, y se alejan del modelo empresarial más convencional.
Redistribuir los modos de producción y consumo hacia este tipo de redes de economías es uno de los aspectos en los que trabajan la Economía Social y Solidaria (ESS) y, en concreto, los Mercados Sociales como redes cooperativas, descentralizadas y transversales. En este sentido, todas y cada una de las entidades que participamos en el Mercado Social de Aragón apostamos por rehabitar los territorios que la economía ha alejado de nuestras decisiones durante demasiado tiempo, descentralizar y redistribuir recursos y vínculos, derechos y oportunidades. Algunas como La Bezindalla o CERAI, a las que no hemos podido dedicar el espacio que también merecían al tratar este tema, lo hacen además de manera muy explícita. Todas, como decimos, cuidamos de nuestros territorios también desde las cicatrices que la industralización salvaje del capitalismo deja detrás de sí con sus últimos coletazos. Nuestro es el territorio porque le sumamos vida. Y nuestro territorio, abierto, visitado y compartido sigue creciendo.
Las inminentes XXII Jornadas de Economía Solidaria de REAS Aragón que tienen lugar del 5 al 9 de junio seguirán ahondando, proponiendo y explorando alrededor de cuestiones ligadas a la reapropiación del territorio, puesto que este año llevan como tema “Cuidad la ciudad. Ciudades para la vida, economías para su transformación”. Son un excelente lugar para que sigamos haciendo terreno común: te esperamos.
Grupo La Veloz
Grupo La Veloz Cooperativa pretende ser un modelo socioeconómico de referencia en Aragón y en el sector de la Economía Solidaria, tanto por su implicación social como por la viabilidad económica de una empresa democrática con valores solidarios. La Cooperativa está formada por un grupo humano que trabaja por construir y potenciar proyectos económicamente viables, ecológicamente sostenibles y socialmente justos. Las actividades socioeconómicas que agrupa la cooperativa son:
- Ecomensajería LA VELOZ, dedicada al transporte urgente de documentación y pequeña paquetería,
siendo la primera empresa de mensajería en bicicleta creada en España. - NABATA Asesoría, ofrece servicios profesionales de gestión y asesoramiento laboral, fiscal y contable,
así como servicios de formación y de mediación deseguros. - RECICLETA, dedicada a la venta y reparación de bicicletas y accesorios estando especializada en bicicleta ciudad y cicloturismo.
aRopa2
aRopa2 es un proyecto para la recuperación y reciclaje de ropa y otros textiles usados en Aragón. Su misión es favorecer la protección al medioambiente y la creación de puestos de trabajo para personas en situación o riesgo de exclusión social. El proyecto se basa en los principios y valores de la Economía Social y Solidaria: Equidad, Empleabilidad, Sostenibilidad medioambiental, Cooperación, Carácter no lucrativo, Compromiso con el entorno. Y responde al Modelo de las 3Rs, propuesta sobre hábitos de consumo, popularizada por la organización ecologista Greenpeace:
- Reducir (pérdidas energéticas o de recursos, materiales destinados a un uso único, el consumo de nueva materia prima).
- Reutilizar objetos para alargar su vida útil.
- Reciclar materiales desechados, potencialmente útiles, en nuevos productos.
Milenium 3
Empresa con 14 años de recorrido junto a las organizaciones del tejido social, público y empresarial, ofreciéndoles un apoyo cualificado en los procesos de gestión del conocimiento y toma de decisiones. Está formada por un grupo de profesionales con amplia experiencia en la gestión y tratamiento de la información, siendo referentes en Aragón por su contribución de calidad, rigurosa e independiente al desarrollo empresarial, social y de las políticas públicas. Sus ámbitos concretos de actuación son:
- Desarrollo territorial. En barrios, municipios, comarcas, la Comunidad Autónoma de Aragón.
- Investigación social. Utilizando un amplio abanico de técnicas de investigación de las ciencias sociales.
- Emprendimiento e Innovación Social. Gestiona el Vivero de Empresas y el espacio de Coworking-La Colaboradora de Zaragoza Activa.
- Participación ciudadana. Empresa líder en facilitar procesos de planificación, tanto de carácter organizativo como sectorial, aplicando metodologías altamente participativas.